jueves, 14 de diciembre de 2006

Víctor y el extraterrestre



VÍCTOR Y EL MOSQUITO EXTRATERRESTRE

Víctor era un niño muy ordenado y estaba colocando su ropa en el armario de su habitación como le había enseñado su madre.

Un mosquito con escafandra blanca, zapatos verdes y antenas amarillas, planeó por la habitación y aterrizó en el dorso de su mano derecha. Víctor abrió unos tremendos ojos, porque no creía lo que veía.

-¡Hola!- dijo el mosquito con escafandra blanca, zapatos verdes y antenas amarillas.
- Soy Nogalín,
el mosquito marciano que he venido a este planeta de exploración y me he perdido.

Víctor estaba alucinado. Era su primer contacto con un mosquito explorador de otro planeta.

-¡Hola! Yo soy Víctor. Sería un gran placer para mi, poderte ayudar en tu exploración.

-¡Fenómeno!- exclamó el mosquito con escafandra blanca, zapatos verdes y antenas amarillas.- Tenía un plan de vuelo preparado pero algo falló en los sistemas de orientación y no encuentro la planta en la que debería haber aterrizado y solo desde ella podré alcanzar mi aeronave para regresar a mi planeta.

-¿Qué tipo de planta es?- preguntó Víctor con ganas de colaborar.

-Es un nogal pequeño que está en el jardín de una casita de Bustarviejo,- respondió el mosquito aeronauta de otro planeta.

Víctor recordó que en el jardín de su casa tenían plantado un arbolito que daba nueces y se llamaba nogal y se ofreció a acompañar al mosquito explorador hasta él.

-No vas a tener problema. Yo sé donde está ese arbolito.

-¡Muchas gracias!- dijo el mosquito con escafandra blanca, zapatos verdes y antenas amarillas.- Yo creía que todos los terrícolas erais unos pelmazos pero veo que estaba equivocado. Sois muy amables.

Cuando Víctor y el mosquito con casco y antenas, iban a abandonar la habitación, se apagó la luz y quedaron a oscuras.

-¡Ah!- gemía el pequeño mosquito astronauta a voz en grito- ¡Esto es obra de la plaga estelar que quiere acabar con nosotros!

Víctor se tronchaba de risa con el terror del mosquito marciano que tanto chillaba y le explicó que sólo se trataba de un apagón de luz de los muchos que había mientras arreglaban los cables de la plaza de Bustarviejo que estaban sobrecargados con las luces de las fiestas.

Víctor fue tocando la pared hasta llegar a un armarito y de él sacó una linterna para alumbrar el camino.

Enseguida encontraron la puerta y bajaron las escaleras con cuidado hasta que llegaron al jardín.

-¡Ese es el nogal!- dijo Víctor.-Pero te será muy difícil alcanzar la punta.

-¡No hay problema!- contestó el mosquito astronauta frotándose las antenas.

Y metiendo una de sus patas izquierdas a un bolsillo, sacó una cajita, con otra de sus patitas la abrió y cogió un pellizco de polvos mágicos. Espolvoreó todo su cuerpo de mosquito marciano y, una nube luminosa como de plata, ligera como una pluma, la elevó por los aires y lo depositó cuidadosamente en lo más alto del nogal.

A Víctor le palpitaba el corazón y se le aceleraba el pulso de la emoción. Nunca había visto un hecho tan fantástico.

De repente, apareció a toda velocidad una nave brillante, como de plástico, que aterrizó en la cumbre del pequeño nogal del jardín de Víctor y otro mosquito con escafandra salió a recibir a su compañero.

-¡Gracias, Víctor!- gritó el mosquito amigo- ¡Cuando termine la exploración volveré a visitarte!

Víctor veía como la nave de plástico con los dos mosquitos exploradores con escafandra blanca, zapatos verdes y antenas amarillas se alejaba, a toda velocidad, en dirección a otro planeta.

Volvió a casa pero no siguió guardando la ropa en su armario porque aún estaba muy excitado y el corazón no le dejaba de palpitar. Seguro que nadie le creería pero él sabía muy bien que había ayudado a un mosquito marciano y explorador con escafandra blanca, zapatos verdes y antenas amarillas, a regresar a su planeta.





P. Santos.


martes, 12 de diciembre de 2006

Historia del dinero.- ...Y el euro








¡Que puntería! Habíamos ido a caer justo en el centro de Soto del Real. Ya sólo nos faltaba encontrar un Euro. A mi eso del Euro me sonaba a chino. En el Olimpo de los Dioses aún no habímos oido hablar de esa nueva moneda. Henar y Millán me explicaron que el Euro ha aparecido como consecuencia de la creación de la Comunidad Europea. La Comunidad Europea se formó en 1957 y desde entonces se les han unido varios paises (España lo hizo en 1986). De todos esos países, once se han podido unir para tener la misma moneda: El Euro. Dejarán de existir la Peseta, el Franco, el Marco ... Cuando lo cuente en el Olimpo, no se lo van a creer.

Vimos un anuncio de que se iba a celebrar una conferencia sobre el Euro en Soto del Real y que regalarían Euros. ¡Que suerte! Esta vez sí que sería fácil encontrar la moneda que faltaba. Después de comer macarrones en casa de Millán, fuimos a la conferencia.

Tras la conferencia tuvimos que hacer cola durante un buen rato para conseguir el Euro. Cuando llegamos a la ventanilla nos dijeron que acababan de entregar el último Euro. ¡Leñe! ¿Cómo conseguiríamos el Euro?

Más tarde fuimos a casa del abuelo de Henar. Era muy simpático y nos dijo que en el hogar de la tercera edad iban a dar una charla sobre el Euro. ¡Seguro que repartirían Euros! El problema era que era para ancianos... Para poder colarnos, a mi se me ocurrió que podímos ponernos uno encima de otro y ponernos un chaleco y una boina del abuelo de Henar. De esa forma conseguimos entrar. Pero nos descubrieron y tuvimos que salir zumbando.

Parecía que todo estaba perdido, no nos quedaba más remedio que ir a casa de Millán y aguantar una buena bronca. Millán llamó a la puerta de su casa y abrió su padre. ¡Como se iba a poner! ¿Quién se lo iba a explicar?. Entonces, metió una mano en el bolsillo del chaleco y sacó .. ¡Un Euro! Nos dijo: "¿Sabéis que he encontrado debajo del piano? El Euro que había perdido" ¡Agh! Y nosotros recorriendo todo Soto del Real buscando uno.

Bueno, Millán y Henar ya tenían el álbum completo y yo había aprendido un montón de cosas sobre las monedas y el comercio. Así que nos despedimos. ¡Seguro que volveremos a vernos!

¡Hasta la vista!


Historia del dinero.- El dinero de plástico







Estábamos en Japón y "aterrizamos" en medio de la nieve. Se estaban celebrando los Juegos Olímpicos de Invierno de 1972. Teníamos que conseguir una tarjeta de crédito, así que fuimos hasta la ciudad. Después de mucho caminar nos sentamos en un banco y allí conocimos a Yoshu-Guillermo-Ito. Yoshu-Guillermo-Ito era un chico japonés (por la pinta no parecía de Soto del Real) y mucho me temo que estaba "colado" por Henar. Era rico (su padre era el dueño de Nintendo) e invitó a Henar a cenar.

Henar, que no sabía como quitarse al "moscón" de encima nos invitó a nosotros también. Creo que eso no le hizo mucha gracia a Yoshu-Guillermo-Ito, pero a nosotros sí (a Millán y a mí nos encanta comer de gorra). Durante la cena le explicamos nuestras aventuras y le dijimos que necesitábamos una tarjeta de crédito.

Parecía que esta vez las cosas iban a ser más fáciles. Yoshu-Guillermo-Ito nos regaló la suya (después de anularla claro). Por fin lo teníamos todo. Ya sólo nos faltaba una moneda. ¡El Euro! Y para eso teníamos que volver a nuestro tiempo. ¡Volvemos a Soto del Real! Volvemos ...

Historia del dinero.- La Bolsa (Londres, s. XIX)







Esta vez caimos en un barrizal. Al caer dejamos pringados a todos los que paseaban por la calle y tuvimos que salir por piernas. Mientras corríamos un carruaje atropelló a Henar. Sin tener tiempo a nada, el hombre que la había atropellado se la llevó a su casa y no pudimos seguirla. Intentamos encontrarla, pero Londres era muy grande. Al final fuimos a parar enfrente de una imprenta. Andrew trabajaba allí y nos dijo que si se enteraba de algo nos lo diría. Mientras tanto fuimos a la bolsa en busca de una acción. Podrímos comprarla con una pepita de oro que Millán se había guardado en el bolsillo cuando estuvimos en el Oeste.

Nosotros no lo sabíamos, pero a Henar la había recogido el dueño de la empresa "Viajes andando" (fabricaba zapatos). Las acciones de su empresa estaban muy bajas y nosotros las compramos sin saber que eran suyas. Más tarde fuimos a la imprenta y Andrew nos dijo que había visto un anuncio sobre una niña accidentada y nos dió la dirección. Habíamos encontrado a Henar, pero no nos reconocía. Tenia amnesia. El hombre que la había recogido nos tomó por farsantes y nos echó de su casa sin contemplaciones.

Al rato, el empresario y Henar salieron a la calle. ¡La pobre hacia una cara de tontorrona! ¡Se me había ocurrido una idea! Si un trompazo la había vuelto amnésica, quizás un cogotazo le haría recuperar la memoria. Me acerqué por detrás y le dí uno bien fuerte. ¡Funcionó! Henar había recuperado la memoria. En agradecimiento por haber cuidado de Henar, Millán le dió al empresario sus acciones. Nosotros nos quedamos con una y nos fimos a ...

Historia del dinero.- El Billete (China, s. XIII)







El costalazo que nos dimos contra la muralla china fué de aupa. Mientras nos recuperábamos de la caida, le hechamos una ojeada al álbum. Necesitábamos un billete de la dinastía Ming. Uno de los primeros billetes de la historia del dinero.

Nos unimos a unos actores que pasaban por allí y que iban a actuar en el palacio del "empeladol". Ya que Millán había aprendido a tocar la armónica en el Oeste, él podría tocar mientras que Henar y yo bailábamos. Pero al "empeladol" no le hizo mucha gracia y de un patadón nos envió a la calle.

Afortunadamente, el payaso de un circo que había allí nos dijo que nos pagaría si le hacíamos un favor. Nos dió dinero para que compráramos unos disfraces para una fiesta. Yo no me fiaba mucho del cara bombilla ese... ¡Y con razón!, al volver con los disfraces nos detuvo la guardia del "empeladol".

¡Los billetes que nos había dado el payaso eran falsos!. ¡Vaya! Acaban de inventar los billetes y ya habían aparecido los falsificadores.

Esta gente no se andaba con chiquitas, el castigo por falsificación era cortarnos el pié. Pero el estafador era el payaso del circo, así que le preparamos una trampa y lo detuvieron. El "empeladol", como recompensa, nos dió el billete que nos faltaba. Lo siguiente que necesitábamos era una acción de bolsa, y eso lo encontraríamos en el ...

Historia del dinero.- La Banca







Esta vez estábamos en un barco español de los que venían de las Indias. Ibamos a Sevilla. Durante el viaje descubrimos que dos de los oficiales del barco querían robar el diamante que había en el barco. Al llegar a puerto vimos mucha gente sentada en unos bancos y muy atareada. Eran los primeros banqueros (de ahí el nombre). Ellos nos podrían dar el recibo que necesitábamos. Pero antes teníamos que impedir que los dos cacos se quedaran con el diamante.

Yo, que aunque no lo parezca soy muy valiente, me escondí tras la capa de uno de ellos y pude escuchar todo lo que decían. Querían llevarse el diamante en unos carros. Pablete, un Sevillano muy "salao" que habíamos conocido al desembarcar, nos dijo que teniamos que comprar un carro para hacerlo chocar con el carro de los ladrones. De esa forma vendría la guardia del Rey y los detendría.

No teníamos dinero para comprar un carro, así que Henar y Pablete se pusieron a bailar en la calle para que les tiraran monedas. Debían bailar muy, pero que, muy bien, porque enseguida tuvimos el dinero para el carro. Hicimos lo que habímos planeado y todo salió perfectamente. Tanto, que el mismísimo Rey nos recompensó con 500 ducados (la peseta del siglo XVI). Fuimos rápidamente donde estaban los banqueros y uno de ellos nos dió un recibo conforme le habíamos entregado los 500 ducados.

Historia del dinero.- El oro (El Oeste americano)







Ya estábamos en el oeste americano para encontrar una pepita de oro. Pero habiamos empezado mal, habiamos ido a parar encima de una diligencia justo en el momento en que unos forajidos la estaban asaltando. Uno de ellos tenia una gran cicatriz en la cara. Millán, Henar y yo nos escondimos entre el equipaje hasta que llegamos a Oklahoma. Al llegar a la ciudad nos dijeron que John "Pistolas" vendía un mapa de una mina de oro, así que fuimos a verle. Al entrar en el saloon vimos que el tal John "Pistolas" era el mismo que atracó la diligencia y tenía una pinta muy peligrosa.

Salimos del saloon disimulando y con mucho miedo. Ya en la calle vimos que ofrecían por él nada menos que 10000$. ¡Guau! Eso era mucho dinero y con ese dinero podríamos comprar la pepita de oro que faltaba en el álbum. Fuimos a decirle al sheriff dónde estaba John "Pistolas" y nos dió la recompensa. Henar fué al banco a preguntar si nos podrían cambiar el dinero por una pepita de oro. Y en ese momento John "Pistolas" nos robó la recompensa a Millán y a mi. Además nos obligó a ir con él a sacar oro de una mina.

El día había sido agotador. John "Pistolas" hasta había obligado a Millán a aprender a tocar la armónica. Pero no todo había sido malo. Ahora ya sabíamos donde se escondia el malvado John y se lo dijimos al sheriff. Éste lo detuvo, pero como el dinero que nos había robado era una prueba del delito no nos lo podían devolver. Al oir eso, John "Pistolas" se puso a reir. ¡Y encima con cachondeo! Henar no se pudo contener y le dió un derechazo de campeonato a John, haciéndole saltar la muela de oro... Eso nos servía, machacándola un poco sería como una pepita de oro.

Historia del dinero.- La moneda







Esta vez habíamos ido a parar en medio de un desfile con elefantes y todo. Millán fué a caer justo en medio de las patas de uno de ellos. ¡Si no llega a ser por Nerea lo chafan! Nerea era una muchacha egipcia, muy bonita, que estaba viendo el desfile. Ella nos explicó que el hombre del desfile era Alejandro Magno. En ese momento iba a hacer una ofrenda a los dioses egipcios. ¡Nada menos que dos monedas persas como las que necesitábamos!

Iban a dejar las monedas en una pirámide. En ese momento Alejandro Magno dijo que él era el hijo de Zeus. Si eso era verdad, entonces ¡era mi tio! Pero él no me creyó y me encerró en la pirámide junto con las monedas. ¡Vaya! Esta vez era a mi a quién tendrían que rescatar. Afortunadamente Nerea conocía muy bien los pasadizos de la pirámide. Pero los pasadizos estaban muy oscuros y necesitaban una lámpara, así que fueron a comprar una.

El tendero no se fiaba de esas cosas nuevas que llamaban monedas y lo único que quería era cambiar la lámpara por algo (como los trogloditas). El tendero quería una mesilla, así que se la dieron (no sé de donde la sacaron Millán, Henar y Nerea) y entraron en la pirámide. Caminando por los pasadizos encontraron por casualidad una trampilla secreta. Era la puerta de la sala donde me habían encerrado junto con las monedas. Así que guardamos la moneda en el álbum, dejamos a Nerea fuera de la pirámide y...

Historia del dinero.- La prehistoria antes del dinero







Millán, Henar y yo caimos desde el cielo. ¡Esto del viaje en el tiempo no es nada cómodo!. Después de despistar a un gato que nos perseguía nos encontramos con un hombre de las cavernas. Era enorme y tenía una nariz muy grande. Era muy raro y se vestía con una piel de cabra. Millán le preguntó si era hippy pero él no entendía nada. Entonces vi que, atadas de una cuerda, llevaba un montón de conchas como la que estábamos buscando.

El troglodita se enfadó mucho cuando intenté cogerle una de las conchas y se llevó a Millán hasta su poblado. Así que fuimos a rescatarlo.

Cuando llegamos al poblado vimos que todos estaban intercambiando cosas. Si uno tenía muchos panes y necesitaba pescadillas, cambiaba algunos de los panes por pescadillas con otra persona. ¡Claro! Esta gente no usaba dinero y si querían algo no lo compraban, lo cambiaban por otra cosa. Entonces a Henar se le ocurrió una idea "¡Ya sé!" -dijo Henar- "Iremos al rio a pescar y cambiaremos a Millán por pescadillas".

Para poder pescar tuvimos que cambiarle a un troglodita el calcetín de Henar por su arpón. Pescamos cuatro pescadillas pero el troglodita que tenía a Millán encerrado no tenía un pelo de tonto y nos pedía más cosas. Además de las pescadillas queria un collar, una piel de gato y el arpón. A Henar -que es muy lista- se le ocurrió como conseguir esas cosas. El collar lo hizo con huesos atados con una cuerda y la piel de gato la consiguió cambiándosela a otro troglodita por el calcetín que le quedaba. Por fin lo teníamos todo y pudimos liberar a Millán.

Te preguntarás cómo conseguimos la concha ... ¡Millán se la habia ganado a los trogloditas jugando al pilla-pilla! Pero tuvimos que salir corriendo (o mejor dicho volando). La siguiente moneda que necesitábamos era una moneda persa de la época de Alejandro Magno. Así que...

Historia del dinero.- Presentación







¡Hola! Permitidme que me presente. Mi padre es Hermes, Dios del comercio y mis abuelos son Zeus y Maya. Las explicaciones de mi padre sobre el comercio, el dinero y todas esas cosas me aburrían mucho. Eso de estudiar me parecía una lata. ¿Para qué necesita estudiar un Dios?

Mi padre, cansado ya de pelear conmigo, decidió enviarme a la Tierra para que descubriera qué es el dinero. Fuí a caer en Soto del Real y allí conocí a Henar y a Millán.

¡Millán si que podía tener problemas con su padre! Resulta que su padre le había dejado un álbum de monedas y, en un descuido, le habían "birlado" unas cuantas... Si no las recuperaba estaría en un lío.

En el álbum faltaban varias monedas: Una concha que se utilizaba en la prehistoria como objeto de cambio, una moneda persa de la época de Alejandro Magno, una pepita de oro, un recibo del siglo XVI, un billete de la época Ming ... ¡Buf! Conseguir todo eso sería muy difícil. Afortunadamente yo, al ser hijo de un Dios, puedo viajar en el tiempo, así que Henar, Millán y yo vamos a intentar recuperar todas esas piezas. ¿Nos acompañas?